El fútbol español vivió ayer un episodio verdaderamente surrealista.
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Durante el partido entre Rayo Vallecano y Sevilla, Lucas Ocampos se disponía a sacar de banda cuando fue víctima de un acto obsceno. Un aficionado del equipo local le metió un dedo en el trasero en el preciso momento en que iba a poner el balón en juego. Las cámaras de DAZN captaron el incidente y el jugador argentino reaccionó girándose y recriminándole al aficionado tal agresión.
Una vez finalizado el partido, Ocampos tomó la palabra para denunciar lo que había ocurrido y expresó su deseo de que LaLiga lo tome en serio, al igual que hace con el racismo u otros actos ofensivos.
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También señaló que no cree que todos los aficionados del Rayo sean así, ya que normalmente los tratan con respeto. Además, destacó que se contuvo debido a sus dos hijas y expresó su esperanza de que algo así no vuelva a suceder en el futuro.
Míchel, quien fue entrenador del Rayo durante un par de temporadas, también se refirió al incidente y tuvo palabras positivas para el equipo y sus seguidores.
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En una entrevista con Movistar+, elogió a la afición del Rayo Vallecano y afirmó que el gesto no concuerda con lo que representan sus aficionados. Aunque considera que el responsable del acto debería ser sancionado, destacó que no se puede generalizar y juzgar a todos los seguidores del Rayo por un incidente aislado.
